Celso Omar Vallejos, el chaqueño del ARA San Juan
Al joven, su padre Oscar lo vio por última vez justo antes de que zarpara. Tuvieron una «conversación de padre a hijo».
El 15 de noviembre de 2017 el submarino ARA San Juan dio la última señal que se conoce del submarino y de sus 44 tripulantes. Entre ellos se encontraba el chaqueño Celso Oscar Vallejos, suboficial sonarista nacido en Resistencia en 1979, donde vivió hasta los 5 años. Compartía nombre y profesión con su papá, ex combatiente de Malvinas, por lo que el tripulante del San Juan aprendió de chico que estar en la Armada significaba también mudarse seguido, a pesar de la familia, de los amigos, de las ganas; a pesar de todo.
Los Vallejos vivieron primero en Punta Alta y luego en Mar del Plata, donde Oscar se enamoró de Paola. Jóvenes, él con 24 y ella con 22, se casaron y tuvieron tres hijos. Estando ahí decidió que ese era un lugar del que no quería irse y encontró en los submarinos la mejor forma de lograrlo. «Él no era submarinista, él estaba en los barcos, pero hizo el curso y quiso entrar porque era una forma de que no lo trasladaran, de quedarse con su familia».
A Celso, su padre Oscar lo vio por última vez justo antes de que zarpara. Tuvieron una «conversación de padre a hijo», de la que prefiere no dar detalle. Una de esas típicas charlas que mantenían cada vez que se juntaban en familia, o en esas visitas para compartir unos mates que Oscar le hacía a su hijo en la Base Naval de Mar del Plata, donde él también estuvo durante 14 años.
Su padre no va a olvidar jamás la primera vez que se embarcó con su hijo: fue en una corbeta Meko 140 que partió de Puerto Belgrano hace 28 años, cuando el Suboficial Segundo y sonarista del submarino Ara San Juan, Celso Oscar Vallejos, tenía sólo 10 años. «Si podía elegir un acompañante lo llevaba a él», dice el Suboficial Primero general de Comunicaciones y veterano de la Guerra de Malvinas Oscar Vallejos, su padre. Ambos miembros de la Armada, Oscar ya perdió la cuenta de los viajes que hicieron juntos durante todos estos años. «De chiquito ya le gustaban los barcos, seguramente por intermedio de mí. Pero de todas formas esto no se transmite, con esto se nace.» Celso Oscar empezó como «flotero», como se le dice en la jerga a quienes navegan en la flota, explica su padre. Pero con el tiempo decidió encarar el curso de submarinista, y luego se inclinó por la orientación de sonarista, tarea que asumió en el Ara San Juan.
La desaparición del ARA San Juan (S-42) se refiere a la pérdida de contacto con el submarino ARA San Juan (S-42) de la Armada Argentina sucedida el 15 de noviembre de 2017 a las 7:30 (hora local) en aguas del mar argentino, con 38 tripulantes y 6 buzos tácticos a bordo. Pasado un año y dos días la nave fue encontrada por una empresa privada, con toda su tripulación muerta, muy cerca del punto de desaparición y en el lugar donde se suponía que se encontraba, a 907 metros de profundidad.
El hundimiento y las búsquedas posteriores a la desaparición estuvieron afectadas por sospechas, irregularidades, negligencias, informes tardíos o contradictorios, luchas internas y conflictos con los familiares. El hecho trascendió a la prensa a la noche del día siguiente y fue informado oficialmente dos días después mediante un comunicado oficial de la Armada Argentina, en el que informó que se había iniciado el protocolo SAR (búsqueda y rescate). El 31 de julio de 2019 se realizó el descubrimiento de una placa en reconocimiento a Celso Oscar Vallejos, tripulante del ARA San Juan, quien falleció en cumplimiento de su deber.
Del Facebook de Eduardo López
Fuente: Diario Norte.