Capitanich: “El pueblo trabajador tiene que estar unido en la reivindicación de sus legítimos intereses para evitar cualquier tipo de cercenamiento de sus derechos”
El gobernador participó de la entrega de una ofrenda floral al busto del expresidente Juan Domingo Perón y de Eva Duarte en conmemoración del día del trabajo.
El gobernador Jorge Capitanich participó este lunes de la entrega de una ofrenda floral al busto del General Juan Domingo Perón y de Eva Duarte de Perón en conmemoración del Día Internacional del Trabajo.
El primer mandatario provincial se refirió a la reivindicación de “la gesta heróica de los trabajadores en Chicago el primero de mayo de 1886 después de una represión del gobierno”, cuando la sy los trabajadores reclamaban la reducción de la jornada laboral que en ese momento eran jornadas de casi 18 horas.
El acto de reivindicación a Juan Domingo Perón y a Evita “se debe a que fueron los impulsores de los derechos del pueblo trabajador en la República Argentina”, dijo Capitanich y mencionó el día en el que Perón expresa el decálogo de los derechos del trabajador, el 24 de febrero de 1947 en el Teatro Colón. “El decálogo tenía que ver con el derecho al trabajo, a las jornadas laborales, al salario digno, al sistema previsional y a un conjunto de reivindicaciones históricas que se fueron plasmando a través de su gobierno”.
“Es importante remarcar esto porque antes de Perón no existía un plexo normativo de base constitucional arraigada como fue el artículo 37 de la Constitución Peronista del año 1949”, indicó el gobernador y recordó que ese artículo establecía “los derechos del trabajador con el decálogo perfectamente incorporado y lo que significó el bien de familia, el derecho a la ancianidad, el derecho a la niñez”. Para el mandatario este hecho “significó un punto de inflexión y transformación que aún perdura en términos de vigencia de los derechos de segunda generación en el país”.
“Perón propició, a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión, la organización de los sindicatos de representación por rama de actividad, y eso permitió plasmar un brazo político pero también la Confederación General del Trabajo como una unidad monolítica en el pueblo trabajador y columna vertebral del movimiento nacional justicialista”, expresó Capitanich y añadió que “en ese contexto la jornada laboral se reguló a 8 horas en Argentina”.
Recordó que en Argentina, antes de los gobiernos peronistas no había indemnización por despido, vacaciones pagas, hoteles sindicales ni obras sociales. Tampoco se establecían los mecanismos del salario mínimo vital y móvil para la fijación de las remuneraciones y no existía un estatuto del peón.
“En Argentina no existía ninguno de los derechos que fueron vitales, como el derecho a la jubilación o el aguinaldo”, dijo Capitanich y expresó que “son derechos esenciales que hoy nadie los tiene en cuenta pero si nos retrotraemos a 70 años atrás, el trabajador podrá trabajar hasta 18 horas por dia y no tenía ningún tipo de reconocimiento”.
En este sentido, el gobernador manifestó la necesidad de entender esta flexibilización en toda su dimensión, ya que “cuando se instituye el constitucionalismo social, ese avance tiene que ver con el Estado de Bienestar y ese Estado de Bienestar tiene que ver con los derechos del pueblo trabajador”, explicó.
“Hoy más que nunca el pueblo trabajador tiene que estar unido en la reivindicación de sus legítimos intereses para evitar cualquier tipo de cercenamiento de sus derechos y el ataque desmedido de las corporaciones que pretenden erradicar, aniquilar y minimizar el Estado de Bienestar y los derechos del trabajador y propiciar el anarcocapitalismo para destruir los cimientos de la dignidad humana”, concluyó el mandatario.
Día del trabajador y la trabajadora
El 1º de mayo se instituyó como Día Internacional del Trabajador en conmemoración de la sangrienta represión que sufrieran los obreros de la fábrica McCormick, durante varios días de abril y mayo de 1886, en la ciudad de Chicago.
En esas épocas, la jornada del trabajador estadounidense podía extenderse hasta 18 horas. Allí en Chicago, la «Noble Order of the Knights of Labor» (Noble Orden de los Caballeros del Trabajo) agrupaba a la mayor parte de los asalariados y llevaba adelante una sostenida campaña para lograr que la jornada laboral se limitara a 8 horas. Este justo reclamo chocó con una cerrada oposición empresarial, circunstancia que impulsó a los obreros de Chicago a declarar la huelga. La protesta contó con una adhesión en todo el país de más de cinco mil trabajadores, clamor que finalmente hizo ceder al sector patronal.
Pero, los dueños de McCormick no aceptaron el cambio y ello llevó a que sus empleados exteriorizaran airadamente su descontento, concentrándose en los alrededores de la fábrica. Para frenar la situación, la empresa recurrió a la policía. El día 1º de mayo la protesta fue acallada a balazos por las fuerzas represoras, que causaron numerosos muertos y heridos. Pese a la violencia desatada contra ellos, el 2 y el 3 de mayo los obreros se reunieron en el mismo lugar y en ambas oportunidades volvieron a ser salvajemente atacados, por lo que nuevamente gran cantidad de manifestantes perdieron sus vidas o quedaron gravemente heridos.
El 4 de mayo volvieron a concentrarse y a sufrir la violencia de la caballería policial. Como aun así no cedían, los uniformados abrieron intenso fuego y abatieron a numerosos trabajadores. En medio del caos, estalló una bomba, supuestamente arrojada contra las fuerzas represoras. Este hecho, históricamente conocido como el «atentado de Haymarket», motivó el posterior enjuiciamiento de seis obreros, los «Mártires de Chicago», cuya culpabilidad jamás fue probada. Sus apellidos eran Spies, Parsons, Engel, Fischer, Fielden y Schwab; cuatro de ellos fueron condenados a muerte y los otros dos a trabajos forzados de por vida.
La repercusión mundial de estos hechos provocó una oleada de indignación que obró como factor aglutinante de fuerzas dispersas que combatían por los mismos ideales que aquellos trabajadores estadounidenses. Treinta y tres años después, en 1919, la primera conferencia de la OIT, que acababa de ser constituida, proponía la adopción universal de la jornada de ocho horas y la semana de 48 horas. Tras un largo debate, la moción fue finalmente aprobada. Tal fue el origen de la conmemoración del 1º de Mayo como Día Internacional del del Trabajador, que cada año da a los trabajadores una oportunidad para afirmar sus derechos y su mutua solidaridad.
Fuente: www.argentina.gob.ar