Capitanich cumple un año de gestión, atravesado por la pandemia de covid-19
Jorge Capitanich cumple este jueves el primer año de su tercer mandato como gobernador del Chaco, en un año atravesado por la pandemia de coronavirus, que golpeó fuerte en la provincia, y casi provoca un colapso en el sistema sanitario, con derivaciones en diversos sectores del Estado, y que implicó un contexto impensado cuando arrancaba la gestión.
Sin dudas que al asumir el 10 de diciembre del año pasado, Capitanich imaginaba un tercer ciclo al frente del Poder Ejecutivo con múltiples desafíos y dificultades, pero seguramente jamás se le cruzó por la mente la remota chance de tener que afrontar una situación como la que significó la pandemia de coronavirus, que provocó graves consecuencias en el plano social, sanitario, educativo, económico, financiero y productivo.
Ante la aparición del coronavirus, el Chaco fue una de las primeras provincias argentinas en disponer una cuarentena total para afrontar la pandemia, que implicó la suspensión de todas las actividades, excepto las “esenciales”, el cierre de todas las fronteras, y estrictos controles policiales en las calles, con bloqueos en algunas arterias. Las clases ya habían sido suspendidas unos días antes.
En ese contexto, uno de los aspectos sobresalientes es que Capitanich llega a su primer año de gestión con el mismo Gabinete de ministros con el que asumió (hubo algunos cambios, pero en la segunda línea y no de ministros), pese a las reiteradas versiones sobre cambios de funcionarios y de las fuertes críticas a algunos de los integrantes. Cuestionamientos que se dieron tanto desde la oposición y los medios como de la ciudadanía, pero también desde dentro del oficialismo y hasta de parte del mismo gobernador.
En esa línea, vale recordar cuando a principios de junio, cuando la situación epidemiológica golpeaba fuerte en el Chaco, que aparecía como la tercera provincia con mayor cantidad de casos, y con una curantena estricta, Capitanich admitió que no estaba conforme con su gabinete. “Hay funcionarios que no están a la altura de las circunstancias. Es un equipo joven, que no tiene la experiencia necesaria para asumir situaciones complicadas en un entorno tan complejo”, expresó.
Uno de los sectores más cuestionados fue el Ministerio de Salud Pública, con Paola Benítez a la cabeza, por la situación sanitaria y el nivel de contagios de covid-19. De hecho, la titular de la cartera sanitaria fue puesta “en la cuerda” en varias ocasiones. “Desde la Nación pidieron su cabeza”, se dijo en alguna oportunidad. Sin embargo, Capitanich la mantuvo en su cargo.
Otros miembros del Gabinete que enfrentaron fuertes críticas oportunamente fueron la ministra de Seguridad, Gloria Zalazar, y la de Desarrollo Social, María Pía Chiacchio Cavana.
CUARENTENA TEMPRANA Y LARGA
El martes 17 de marzo, Capitanich anunció que el Chaco entraba en una cuarentena total, con el objetivo de frenar el avance del coronavirus. En ese momento la provincia tenía 11 casos confirmados, aunque pocos días después ya se hablaba de “circulación comunitaria del virus”.
Esa medida implicó el aislamiento obligatorio para todos los ciudadanos, el cierre de todos los comercios, a excepción de los “esenciales”, la suspensión de todas las actividades, y el cierre de todas las fronteras, con estrictos controles policiales en las calles, y hasta bloqueos con vallas y barricadas en algunas arterias de Resistencia y en localidades del interior.
Otro de los problemas de este año fue la tremenda sequía, que afectó sobremanera al sector productivo.
El coronavirus fue el factor determinante de este primer año de gestión, aunque la pandemia es un problema no resuelto, y ahora, con la esperanza puesta en la vacuna , con la campaña que comenzaría la primera quincena de enero en la Argentina, aun con la amenaza latente de una segunda ola, el gobierno de Capitanich buscará retomar su plan de gestión, con la prioridad puesta en la obra pública, como motor de reactivación económica, mientras espera también un guiño del contexto macroeconómico nacional.