Bailarín chaqueño fue contratado para llevar su arte por Europa y dejó una fuerte reflexión: “Me decían no bailes, es de maricón”
“Del Chaco al Mundo”, tituló Mauro Martinak, el joven de La Clotilde, una larga despedida que tomó viralización en las últimas horas, donde no solo comenta la felicidad de haber sido contratado por una empresa de cruceros para desplegar su arte por varios países de Europa, sino que también reseña los vaivenes de su carrera, entre prejuicios y críticas, que no lograron detenerlo y hoy permiten que cumpla su sueño.
“Ya lo puedo contar, me explota el pecho de felicidad. Me voy a Europa. Llegó mi primer contrato internacional, en este momento estoy viajando a trabajar como bailarín en la cadena número uno en cruceros, MSC CRUCEROS, voy a estar recorriendo el continente europeo: Italia, Barcelona, Francia y Orlando, Florida”, comenzó diciendo el joven, quien asegura que escribía su despedida “desde el avión, llorando”.
“La vida me sorprendió mucho más de lo que jamás imaginé. Cuando vine a Buenos Aires hace unos años atrás, la cucaracha más chica era del tamaño de mi mano, mugre, olor, todo; Jamás me voy a olvidar la cara de mi mamá en ese momento, cómo tampoco nuestras caras cuando me dejó en Buenos Aires solo por primera vez, el miedo de los dos. En ese momento nos dimos cuenta de que no sería para nada fácil”, contó, y siguió: “Entrené y me preparé todos los días, fueron más los NO que los SI por supuesto; Me caí 1000 veces, pero me levantaba y seguía, llegué llorando al departamento muchas veces replanteándome esta profesión, pero seguí”.
Foto: Facebook Mauro Martinak
En ese camino del esfuerzo, Mauro fija el apoyo de su madre y su hermana, a quienes sostiene como “las dos protagonistas de esta historia” y asegura que “estas dos mujeres me aguantaron y se aguantan todas, nada hubiera sido posible sin ellas”. Respecto a su mamá, le agradece especialmente “por enseñarme a soñar, por apostar a mí como nadie cuando todos los pronósticos decían ‘¿¿¿¿Bailarin???? estudiá algo de verdad’ vos hacías oídos sordos y me apoyabas”. Gracias por enseñarme a trabajar duro por lo que uno quiere y por la libertad con la que me criaste”.
Por otra parte, el joven hace una reflexión personal, donde se habla a sí mismo, recordándose con la constancia que hoy lo catapulta: “Gracias por nunca haber bajado los brazos, por tu convicción, por seguir bailando cuando te decían “No bailes, es de maricón”.
“Hoy todo ese sacrificio tiene su recompensa, les aseguro que puse todo de mí y la vida me lo devuelve porque si, quien se iba a imaginar, quien se imaginaría que la mariquita cumpliría sus sueños. Trabajen por lo que quieren, vivan intensamente, sueñen; Porque al final, al final la vida es un instante y cuando las cosas se hacen con el corazón tienen recompensa sino miren mi caso. Y cómo me dijeron a mí una vez: “Los únicos sueños que no se cumplen son aquellos que no se sueñan”, concluyó.