Anticipan un 2023 con «comportamiento normal» de los ríos Paraná y Uruguay
Las lluvias de entre 100 y 200 milímetros sobre Cataratas del Iguazú y a unos 100 kilómetros aguas arriba en el sur de Brasil y la alta cuenca del Iguazú y el Paraná, no sólo provocaron desbordes de manera descomunal en una de las maravillas del mundo sino que provocaron la apertura de compuertas de la represa brasileña Caixas, como también aguas arriba de la de Itaipú. En ese marco, Hugo Rohrmann, ingeniero hídrico, explicó qué tan importante fueron estas lluvias para la región del Noroeste argentino y adelantó -aunque sin pronosticar- cómo se podría comportar el río Paraná y sus riachos.
Según relató el especialista, «al llegar al Paraná se irá amortiguando, y llegará una mini-crecida que puede durar unas dos semanas». Auguró, a su vez, que los índices serán «cada vez mejores ya que las condiciones de este año son de transición y, se espera, un 2023 con comportamiento normal del Paraná y del Uruguay».
Actualmente, según la Administración Provincial del Agua, el río Paraná presenta los sguientes niveles: Andresito: 3,30 metros Baja (Nivel de alerta Andresito: 4,50 metros); Iguazú: 18,00 metros Baja (Nivel de alerta Iguazú: 25 metros); Ituzaingó: 2,48 metros Estacionado (Nivel de alerta Ituzaingó: 3,50 metros); Barranqueras: 4,23 metros Crece (Nivel de alerta Barranqueras: 6,00 metros). El organismo provincial también previó pronóstico de lluvias: río Paraná con lluvias moderadas en el tramo misionero; río Iguazú con lluvias débiles a moderadas.
En tanto -siguiendo con el informe- la situación del Bermejo es la siguiente: lluvias moderadas en tramo superior; mientras que en el Paraguay las lluvias son moderadas. Asimismo, en el riacho de Barranqueras el nivel crece a 4,23 metros. Es por ello, que Rohrmann indicó en declaraciones radiales a Facundo Quiroga, que se trata de una buena noticia teniendo en cuenta los años de sequía que padeció la región. «No deja de ser una muy buena noticia, después de tres años de una gran bajante», dijo y amplió «esta situación se da por lluvias de hasta 180 mm que se dieron sobre Cataratas y unos 100 km aguas arriba, donde fue el centro de esta lluvia excepcional y anormal dentro de la sequía que estamos viviendo en la provincia: durante septiembre que no llovió nada, y tampoco las perceptivas dan para que octubre cambie la situación».
Las copiosas lluvias registradas, de acuerdo a lo que explicó el ingeniero «hace que se recargue lentamente sobre el Paraná», aunque aclaró que al tratarse de una crecida en el Iguazú, «irá perdiendo fuerza al llegar al Paraná, ya que es una cuenca chica y no le dará para mantener valores durante mucho tiempo».
A su vez Rohrman sostuvo que el nivel del Paraná volverá a bajar: «Una característica de este tipo puede durar entre dos o tres semanas a lo sumo, y luego volverá a bajar a los valores acostumbrados aunque siempre tuvo aunque más arriba de aquellos bajos valores del 2020/2021». En ese marco, auguró días de precipitaciones pero sentenció que «no de esta magnitud y -encima- hacia aguas arriba».
Perspectivas
El Paraná, que le da base a las alturas o a las caudales, «sigue deprimido», afirmó el ingeniero hidráulico y sostuvo que «si le sumamos la perspectiva de lluvia trimestral hasta fin de año, las lluvias serán menores que las normales, nadie podrá afirmar que termino la bajante, pero cada vez tendrán mejore niveles ya que las condiciones». A su vez, destacó que estamos en un año «de transición» y que se espera, «un 2023 con comportamiento normal del Paraná y del Uruguay».
tratar de pronosticar el comportamiento dos o tres veces más adelante, tanto de lluvias como de temperatura, en nuestra región (Chaco Corrientes, Misiones, Formosa), es complicado porque estamos en un clima de transición: entre el templado de la Pampa húmeda de Santa Fe hasta el sur y del tropical de Paraguay hasta arriba. Entonces -continuó- nos comportamos en ese vaivén y eso hace que cualquier herramienta para tratar de predecir el comportamiento tenga su problema y, además, se actualizan todos los meses. Por eso es tan complicado visualizar el comportamiento».
El especialista, en diálogo con Radio Facundo Quiroga, cerró con buenos augurios: «En buena hora que se haya dado esta lluvia y que el Paraná trate de recordar su memoria durante dos o tres semanas, luego volverá a bajar y quedará luego cerca de los tres metros, pero no deja de ser un aviso para recuperar su normalidad». Y advirtió: «El Paraná tiene 10 mil años en esta ubicación, nosotros medimos solo el 1% de su comportamiento -unos 100 y pico de años-. No lo conocemos, creemos que lo conocemos, pero no lo hacemos».