Alerta por la sequía extrema en La Pampa: más de 5400 animales murieron por la escasez de agua
La prolongada sequía que azota al sur de la provincia de La Pampa desencadenó una crisis sin precedentes en el sector agropecuario. En regiones como Caleu Caleu y Lihuel Calel, la falta de lluvias provocó estragos, forzando la venta de alrededor de 100 mil cabezas vacunas y obligando a unos 40 productores rurales a retirarse de la actividad.
Según los informes emitidos por la Asociación Rural del Sur Pampeano (ARSP), la situación se ha vuelto crítica con la muerte de aproximadamente 5400 animales debido a la escasez de pasturas y alimento. Antonia Ochandorena, presidenta de ARSP, destacó la gravedad del panorama, señalando que muchos ganaderos se han visto obligados a deshacerse de sus animales, vendiéndolos a precios considerablemente bajos.
La sequía, exacerbada por las altas temperaturas, ha dejado a la región con apenas 300 mm de precipitaciones, muy por debajo de los 650-700 mm anuales considerados normales. Esta situación ha generado una escasez de pasturas, lo que ha llevado a los productores a implementar medidas desesperadas, como la venta de vacas viejas, madres y toros para poder alimentar a la menor cantidad posible de animales restantes.
En respuesta a la emergencia, la comunidad rural ha solicitado la homologación de decretos por sequía para acceder a beneficios y alivios fiscales. Además, el gobierno provincial ha comenzado a proporcionar alimento balanceado, aunque, según Ochandorena, estas medidas resultan insuficientes para hacer frente a la magnitud del problema.
Rosana Erviti, responsable de prensa de ARSP, lamentó la drástica disminución en el número de cabezas de ganado, que ha pasado de 270,000 a más de 100 mil debido a la venta forzada provocada por la sequía.
La ministra de Producción de La Pampa, Fernanda González, ha anunciado el envío de camiones con alimento para el ganado, resaltando la emergencia agropecuaria decretada y la espera de su homologación a nivel nacional.
Esta crisis se agrava con la prórroga del estado de emergencia declarado el año anterior, evidenciando la persistencia y el impacto devastador de la sequía en la región. Los esfuerzos por mantener la actividad agropecuaria son insuficientes frente a la cruda realidad de un clima implacable que amenaza la subsistencia de los productores y el bienestar del ganado.
En resumen, la sequía en La Pampa ha desencadenado una verdadera tragedia para el sector agropecuario, con consecuencias devastadoras que afectan tanto a los productores como al ganado. La comunidad rural y las autoridades gubernamentales trabajan arduamente para mitigar los efectos de esta crisis, pero la magnitud del desafío exige una respuesta coordinada y urgente para evitar un mayor deterioro en la economía y el bienestar de la región.