Economia

Adaptarse para «aguantar», la premisa de comerciantes y pequeños empresarios

La mayoría de los comercios no esenciales del Gran Resistencia recurren al servicio delivery o take away para lograr algo de facturación y mantener sus emprendimientos abiertos.

Aseguran que hoy la prioridad es “aguantar” y luchar en conjunto contra la pandemia

La pandemia de COVID-19 originó un cambio drástico en la vida y costumbres de los habitantes de todo el mundo, así como también obligó a que el sector comercial tenga que adaptarse para poder sobrevivir y poder superar la difícil crisis económica derivada del aislamiento social, preventivo y obligatorio. La implementación del servicio de delivery o take away en todos los rubros pasó a ser algo casi común en la actualidad y que se constituyó en una odisea para muchos pequeños empresarios.

En una nota realizada por Radio Provincia, el comerciante responsable de Casa Goicoechea & CO de Resistencia, Omar Alfredo Almirón, explicó que la situación actual del sector es crítica y que resulta muy complicado poder afrontar mensualmente todas las obligaciones, ya que por la céntrica ubicación del local el flujo de clientes es casi inexistente y eso repercute drásticamente en las ventas.

Es por eso que Almirón aseguró que resultó necesario afrontar un proceso de reestructuración de las metodologías de venta para atraer nuevamente a la clientela y poder sobrevivir. “Estamos apostando mucho al delivery a través de ventas por las redes sociales, con el único objetivo de facturar y poder mantener abierto el emprendimiento ante la imposibilidad de atender presencialmente a los clientes”, agregó. Por otro lado agregó que si bien esta metodología de venta no es la habitual para el rubro en Resistencia, tratan de “adaptarse” de la mejor manera para poder subsistir.

El comerciante explicó que esta situación compleja que se vive en la actualidad ya no pasa por el Gobierno, el Municipio o la Cámara de Comercio, ya que “no queda otra más que adaptarse a la realidad para poder salir de esta crisis. “El comerciante no va a salir solo de esto y tampoco con la ayuda de un solo sector, sino por medio de una cadena de trabajo solidario de todos los chaqueños”, aseguró Almirón.

Adaptarse o desaparecer
Lo que era habitual solamente en el sector gastronómico o farmacéutico, ahora se volvió normal y hasta obligatorio en todos los sectores comerciales para lograr la supervivencia. Muchos comercios de Resistencia tuvieron que mutar durante los más de 100 días de cuarentena para poder sostener a sus trabajadores y no sufrir la caída inevitable de sus emprendimientos.

Así como se puede observar el cambio radical en distintos rubros, desde gimnasios que se convirtieron en verdulerías a empresarios hoteleros que actualmente se dedican a la venta de alimento balanceado para mascotas, la totalidad de los comercios chaqueños tuvieron que instalar el servicio de venta en línea o telefónica con entrega a domicilio y take away (retiro en la puerta del local). Esto trajo consigo bruscos cambios en el servicio que requirieron cierta inversión para su implementación, como la compra de motovehículos o modificaciones en la fachada de los comercios para la entrega de mercadería.

Pero como no hay mal que por bien no venga, muchos comerciantes resaltan el cambio de paradigma en la metodología de ventas que atrajo nueva clientela y que permite sobrellevar la crisis, aunque sea, para poder subsistir y no tener que cerrar. Este es el caso de Paola Vera, que tiene un local de venta de ropa en la zona sur de Resistencia, que ante la imposibilidad de poder recibir a sus habituales clientes en su local de avenida Castelli al 2500, implementó un sistema de ventas por Whatsapp en donde sus dos trabajadoras pasan fotografías e información sobre talles en horario comercial. “Si bien las ventas no son las mismas, por lo menos me permite afrontar parte del salario de las dos chicas que me ayudan y no dejarlas en la calle, por lo menos hasta que termine esta emergencia, después veré como hago para ponerme al día con el resto de las obligaciones que tengo vencidas y se acumulan”, explicó la comerciante.

Vera aseguró que tuvo la posibilidad de acordar el pago diferido del alquiler de su local de 3×5 metros, lo que le facilitó la supervivencia. Pero que de todas formas su situación financiera se complica con el avance de la cuarentena para combatir el COVID-19. “Ningún comerciante de rubros no esenciales te puede decir que está bien, pero no queda otra más que tratar de adaptarse y pedir que las autoridades se pongan en nuestro lugar para darnos una mano, porque si y hoy no puedo pagar la boleta de la luz es porque no vengo lo que vendía y porque le doy la prioridad al plato de comida de mi familia y de mis dos trabajadoras”, concluyó.

AGENCIA FOCO

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